domingo, 6 de octubre de 2024

Sermón Domingo XX después de Pentecostés

Sermón

S.E.R. Pío Espina Leupold


Sermón

R.D. Lucio César Simbrón


Lección

Hermanos: Cuidaos de caminar cautamente: no como necios, sino como sabios, redimiendo el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis imprudentes, sino inteligentes, averiguando cuál sea la voluntad de Dios. Y no os embriaguéis con vino, en el cual está la lujuria: sino henchíos del Espíritu Santo, hablando entre vosotros con salmos e himnos y cánticos espirituales, cantando y salmodiando al Señor en vuestros corazones: dando siempre gracias por todo, en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, a Dios Padre. Sumisos los unos a los otros en el temor de Cristo.

Ef., V, 15-21


Evangelio

En aquel tiempo había un régulo cuyo hijo estaba enfermo en Cafarnaúm. Cuando supo que Jesús venía de Judea a Galilea, fue a él y le rogó que bajase, y curase a su hijo, que comenzaba a morirse. Díjole entonces Jesús: Si no viereis milagros y prodigios, no creéis. Díjole el régulo: Señor, baja antes de que muera mi hijo. Díjole Jesús: Vete, tu hijo vive. Creyó el hombre lo que le dijo Jesús, y se fue. Cuando ya bajaba, le salieron al encuentro los siervos y le dijeron que su hijo vivía. Él les preguntó la hora en que había mejorado. Y le dijeron: Ayer, a las siete, le dejó la fiebre. Y vio el padre que era la misma hora en que le había dicho Jesús: Tu hijo vive: y creyó él y toda su casa.

Jn., IV, 46-53



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