jueves, 9 de mayo de 2024

Sermón Fiesta de la Ascensión de Nuestro Señor

Sermón

R.P. Gabriel María G. Rodrigues


Lección

El primer tratado que he hecho, oh Teófilo, habla de todo lo que comenzó a obrar y enseñar Jesús, hasta el día en que instruyendo por el Espíritu Santo a los Apóstoles que escogió, fué arrebatado: a los cuales se presentó El mismo vivo después de su pasión con muchas pruebas, apareciéndose a ellos durante cuarenta días y hablándoles del reino de Dios. Y, comiendo con ellos, les ordenó que no se marcharan de Jerusalén, sino que esperaran la promesa del Padre, la que habéis oído (dijo) de mi boca: Porque Juan bautizó ciertamente con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo no muchos días después de estos. Entonces los que se habían reunido, le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino de Dios en este tiempo? Y les dijo: No toca a vosotros saber los tiempos o el momento que el Padre ha puesto en su potestad: pero recibiréis la virtud del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén y en toda Judea, y en Samaría y hasta el fin de la tierra, y habiéndo dicho esto, viéndole ellos, se elevó, y una nube lo arrebató de sus ojos. Y, estando mirando cómo El se iba al cielo, he aquí que dos varones se pusieron a su lado, con vestidos blancos y les dijeron: Varones Galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Ese Jesús, que se ha elevado de vosotros al cielo, así vendrá, como le habéis visto ir al cielo.

Hechos de los Apóstoles I, 1-11

 


Evangelio

En aquel tiempo, estando los once discípulos sentados a la mesa, se apareció a ellos Jesús: y les reprochó su incredulidad y su dureza de corazón: porque no creyeron a los que le habían visto resucitado. Y díjoles: Yendo por todo el mundo, predicad el Evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado se salvará: pero el que no creyere se condenará. Y, a los que creyeren les seguirán estas señales: en mi nombre lanzarán los demonios: hablarán lenguas nuevas: quitarán las serpientes: y si bebieren algo mortífero, no les hará daño: pondrán las manos sobre los enfermos, y sanará. Y el Señor Jesús, después que les habló, fué arrebatado al cielo, y está sentado a la diestra de Dios. Y ellos, partiendo, predicaron por doquier, cooperando con ellos el Señor, y confirmando la palabra con las señales que se sigan.

Marcos XVI, 14-20


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