DOMINGO TERCERO DESPUÉS DE EPIFANÍA
Año Litúrgico – Dom Prospero Gueranger
Dos milagros de Jesús: una palabra de Nuestro Señor sanará al leproso, cuya curación deberá ser oficialmente verificada por los sacerdotes, para así servir como testimonio de la divinidad de Cristo; mientras tanto, el centurión romano obtiene, gracias a su confianza, un gran milagro y testifica con humildad que Cristo es Dios. Y la Iglesia pone en nuestra bocas las palabras que él profirió.
La movilidad de la fiesta de Pascua ocasiona casi todos los años un cambio en el orden de los domingos que siguen. Septuagésima puede llegar a caer en enero, y a veces sucede que Quincuagésima se anticipa a la fiesta de la Purificación. Como consecuencia, el Oficio de los cuatro últimos domingos después de Epifanía puede ser trasladado a otro tiempo del ciclo litúrgico.
MISA
El introito nos presenta a los Ángeles del Señor adorándole, en el momento de su entrada en el mundo, como lo explica San Pablo en su Epístola a los Hebreos. La Iglesia celebra con David la alegría de Sión y el gozo de las hijas de Judá.
INTROITO
Adorad a Dios, todos sus Ángeles; lo oyó y se alegró Sión; y se regocijaron las hijas de Judá. El Señor reinó, regocíjese la tierra, alégrense todas las islas. Gloria al Padre…
COLECTA
Omnipotente y sempiterno Dios, mira propicio nuestra flaqueza, y extiende, para protegernos, la diestra de tu Majestad. Por N.S.J.
EPÍSTOLA
(Carta de San Pablo a los Romanos, XII, 16-21)
Hermanos: No os tengáis vosotros mismos por sabios, no devolváis a nadie mal por mal; haced el bien, no sólo ante Dios, sino también ante todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, tened paz con todos los hombres; no os venguéis, carísimos, sino dad lugar a que se pase la ira: porque escrito está: Mía es la venganza; Yo pagaré, dice el Señor. Así que si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Porque obrando así, amontonarás sobre su cabeza carbones de fuego. No te dejes vencer por el mal, sino vence el mal con el bien.
La caridad para con el prójimo que nos recomienda el Apóstol, tiene su raíz en la fraternidad universidad que el Salvador vino a traernos del cielo con su nacimiento. Vino a hacer paces entre el cielo y la tierra; deben, por tanto, los hombres vivir en paz unos con otros. Si nos recomienda el Señor, no dejarnos vencer por el mal, sino vencer el mal con el bien es porque Él mismo lo practicó descendiendo hasta los hijos de ira para hacer hijos de adopción, por medio de sus humillaciones y sufrimientos.
En el gradual, continúa la Santa Iglesia celebrando la venida del Emmanuel, invitando a todas las naciones y a todos los reyes de la tierra a acudir a celebrar su Nombre.
GRADUAL
Señor, las gentes temerán tu nombre, y todos los reyes de la tierra tu gloria. Porque el Señor ha edificado a Sión; y será visto en su majestad.
ALELUYA
Aleluya, aleluya. El Señor reinó, regocíjese la tierra; alégrense todas las islas. Aleluya.
EVANGELIO
(Continuación del Santo Evangelio San Mateo, VIII, 1-13)
En aquel tiempo, habiendo bajado Jesús del monte, lo siguieron grandes multitudes; y he aquí que un leproso, acercándose, lo adoró, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Y Jesús, alargando su mano, lo tocó, diciendo: Quiero, sé limpio. Y al instante quedó curado de su lepra. Y Jesús le dijo: Mira que no lo digas a nadie; pero ve a presentarte al Sacerdote y ofrece el don que Moisés ordenó para que les sirva de testimonio. Y al entrar en Cafarnaum le salió al encuentro un centurión, y le rogaba diciendo: Señor, un criado mío está postrado en mi casa, paralítico, y padece muchísimo. Le dice Jesús: Yo iré, y le curaré. Y replicó el centurión: Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero mándalo con tu palabra y quedará curado mi criado. Pues aún yo, que no soy más que un hombre sujeto a otros, como tengo soldados a mi mando, digo al uno: marcha, y él marcha; y al otro: ven, y viene; y a mi criado: haz esto, y lo hace. Al oír esto Jesús, mostró gran admiración, y dijo a los que lo seguían: En verdad os digo, que ni aún en medio de Israel he hallado fe tan grande. Así yo os declaro que vendrán muchos del Oriente y del Occidente, y estarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos; mientras que los hijos del reino serán echados fuera a las tinieblas; allí será el llanto y el crujir de dientes. Y dijo al centurión: Vete, y te suceda conforme has creído; y en aquella hora sanó el criado.
OFERTORIO
La diestra del Señor ejerció su poder; la diestra del Señor me ha exaltado; no moriré, antes viviré, y contaré las obras del Señor.
SECRETA
Te suplicamos, Señor, hagas que esta Hostia purifique nuestros pecados y santifique los cuerpos y las almas de tus servidores, para poder celebrar dignamente este Sacrificio. Por el Señor.
Mientras se distribuye el Pan de vida, la Santa Iglesia nos recuerda la admiración que despertaron en los pueblos las palabras de Jesús. Los hijos de la Iglesia, iniciados en todos los misterios, saborean en estos momentos el efecto de esa inefable Palabra, por medio de la cual el Redentor cambió el pan en su cuerpo y el vino en su sangre.
COMUNIÓN
Se admiraban todos de las palabras que salían de la boca de Dios.
POSCOMUNIÓN
A los que nos haces, Señor, gozar de tan grandes Misterios, dígnate, te lo suplicamos, adaptarnos realmente a sus efectos. Por el Señor…
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