La Misa de hoy sigue un paralelo con el Breviario, el cual nos habla de la creación del mundo y del hombre, de la caída de éste seguida de la promesa del Redentor. Dios puso al hombre en un jardín delicioso para que lo cultivase y gozase, dice el Génesis, y el Evangelio de hoy nos dice que “el reino de los cielos es semejante a un padre de familia que contrató obreros para cultivar su viña”. Dice San Gregorio que en este padre de familia está representado Dios nuestro Creador, y en la viña está representada la Iglesia. En todas las edades de la vida nos invita el Señor a trabajar en su viña, o sea a glorificar a Dios, a obrar el bien, a santificarnos, y premiará nuestros trabajos con el jornal de la gloria eterna. Pero la gracia de Dios se comunica a algunos con especial profusión por pura dignación de Dios, que es dueño de sus dones.
No es dable investigar y preguntar a Dios por qué a unos da más y a otros menos; lo que nos toca a nosotros es disponernos de tal modo que atraigamos sobre nosotros la benevolencia y misericordias de Dios. Lo demás queda a Él.
Día 2 de Febrero, Bendición de las candelas.
Hoy se bendicen las candelas que se reparten a los fieles. Al Evangelio se encienden y se tienen encendidas en la mano hasta la Comunión del sacerdote. Nuestro Señor Jesucristo es la luz del mundo, la verdadera luz que había de alumbrar a los gentiles, y la candela encendida representa a Cristo, Nuestro Señor. Esa vela guardada en casa es un sacramental que nos atrae las bendiciones de Dios; se suele poner en las manos de los agonizantes, y es una protesta de fe en la inmortalidad que Cristo, Nuestro Señor, nos ganó.
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