sábado, 5 de noviembre de 2022

Boletín Dominical 6 de noviembre


Día 6 de Noviembre, Domingo XXII de Pentecostés.

Ya hacía más de medio siglo que los romanos dominaban en Palestina. De ellos había recibido Herodes la tetrarquía de Galilea.

De aquí que el romano, como yugo extranjero y pesado, era odioso a los israelitas, los cuales esperaban un Mesías guerrero y triunfador que los librara de su dominación. Pero tal es la rabia de los fariseos contra Jesús, que no vacilan en buscar en su ayuda a los ministros de Herodes, para tenderle un lazo, y juntos van y le dicen: “Maestro, tu que eres veraz… dinos: ¿es justo pagar tributo al Cesar o no?” Si decía que sí, ofendía al pueblo, que odiaba al yugo romano; si decía que no se indisponía con los romanos y Herodes, que podían tomarlo como rebelde al poder constituido y acusarle de revolucionar al pueblo. Jesús destruye al instante la falacia y les da una lección importante.

Dos monedas circulaban en Palestina: una con la imagen del Cesar e inscripción romana y servía para pagar el tributo y negociar con los pueblos sometidos a Roma; otra con inscripción hebrea, para transacciones internas. Por eso le dice Jesús le muestre la moneda, y al ver la imagen del Cesar les responde den las Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios.

Pero al mismo tiempo nos enseña con ello que es obligación de conciencia el obedecer a las autoridades legitimas y la de pagarles todos los tributos justos, pues toda autoridad legítima viene de Dios.




11 de Noviembre: San Martín de Tours
Patrón Principal de la Provincia de Buenos Aires

Natural de Hungría e hijo de padre pagano, fue exquisitamente educado en Pavía, y en esta ciudad conoció el cristianismo y se hizo catecúmeno. Para apartarle de la fe, su padre le hizo soldado contra su voluntad, y le incorpora al arma de caballería, enviándole a las Galias, pero él supo conciliar sus nuevos deberes con las aspiraciones de perfección que sentía en su alma. Caritativo en extremo, un día, pasando por Amiens, parte con su espada en pleno invierno la clámide, para dar la mitad a un mendigo, y la noche siguiente ve en sueños a Jesucristo vestido con aquel trozo de su manto y oye de Él estas palabras: “Martín, todavía catecúmeno, me ha dado este vestido.” Poco después, en la Pascua del 339, recibe el bautismo. Dos años más tarde deja la milicia y le encontramos en Poitiers, al lado de San Hilario, que le forma en la disciplina religiosa. Va a Panonia, su patria, para convertir a sus padres, y vuelve a Poitiers, donde, sostenido, por los consejos de San Hilario, introduce por primera vez en Francia la vida monástica en un lugar llamado Ligugé. Desde ahí hace sus audaces expediciones contra el paganismo y Dios bendice su celo con innumerables milagros. En año 371, contra su voluntad, le hacen obispo de Tours, cuya sede honró con sus preclaras virtudes pastorales. Murió en un pobre lecho cubierto de ceniza el año 397.





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