domingo, 12 de diciembre de 2021

Boletín Dominical 12 de diciembre




Domingo III de Adviento

Dominica Gaudéte


Doble de I Clase. 

Orn. Morados o rosados


Día de júbilo, porque el Señor está cerca. “Gozaos siempre en el Señor; otra vez lo digo: gozaos.” “Nada os inquiete.” Esto nos dice el Introito y la Epístola. Y a esta idea de alegría se une la de disponer los corazones con vida santa, que sea conocida de todos los hombres pues el Señor está al llegar.

En este día de júbilo los sacerdotes pueden sustituir el color morado por el rosa, puede adornarse el altar con flores y se oyen los acordes del órgano. Todo respira alegría santa, porque se acerca la venida del Deseado de las naciones, el Rey dominador, consuelo para la humanidad doliente y postrada.


Día 12 de Diciembre. Nuestra Señora de Guadalupe


Pocos años después de la conquista de Méjico, por el insigne extremeño Hernán Cortés, el 9 de diciembre de 1531, se apareció la Virgen Santísima en la colina del Tepeyac, cerca de la ciudad, al indio Juan Diego, sencillo y temeroso de Dios, ordenándole que fuera al obispo de esta ciudad y le intimase de su parte que era su voluntad que en aquel mismo lugar se le edificase un templo donde fuese venerada de los fieles, y en donde la Señora por su parte les dispensaría siempre sus piedades. Después de otras apariciones y de curar milagrosamente al tío de Juan Diego, llamado Bernardino, el 12 de diciembre hizo brotar ante su vista, en pleno invierno, hermosas rosas, las cuales le mandó recogiera y llenara con ellas su tilma, para que se las presentara al arzobispo de Méjico, como prueba de la verdad de su relato y del deseo de la Señora de que en aquel cerro se le levantara un Templo. Al dejar caer las rosas vieron en la tilma primorosa y maravillosamente esculpida la sagrada imagen de la Señora tal como se le apareciera al indio, la que le había manifestado su deseo de ser venerada con el título de Guadalupe. …Quedó el Obispo atónito a vista de semejantes prodigios; ni bien sabía si admirar las flores en un tiempo el más crudo de invierno, en que absolutamente eran imposibles, o la imagen santa, pintada y dispuesta de manera que… (continua)






… (sigue) parecía obra de ángeles. Un asombro reverente se apoderó de su corazón, y reconociendo que en aquellas cosas obraba el dedo de Dios y que mediaba la virtud divina, veneró la Santa imagen la colocó en su oratorio y se divulgó por la ciudad la fama de aquél prodigio. Al día siguiente fue el prelado en compañía del indio para que señalara el sitio en que se le había aparecido la Virgen, y en donde había mandado que se le edificase el templo. Virgen Santísima de Guadalupe, mira por todos los pueblos de América, dales la paz y prosperidad; y has que conserven y aumenten aquel riquísimo patrimonio de religiosidad, de piedad y de fe que tú les concediste.







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