Lección
Hermanos: Os exhortamos que no recibáis en vano la gracia de Dios, porque Él dice: “En el tiempo aceptable te escuché, y en el día de salud te socorrí”. He aquí ahora tiempo aceptable. He aquí ahora día de salud. Pues no (os) damos en nada ninguna ocasión de escándalo, para que no sea vituperado el ministerio; al contrario, en todo nos presentamos como ministros de Dios, en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias, en azotes, en prisiones, en alborotos, en fatigas, en vigilias, en ayunos; 6 en pureza, en conocimiento, en longanimidad, en benignidad, en el Espíritu Santo, en caridad no fingida, con palabras de verdad, con poder de Dios, por las armas de la justicia, las de la diestra y las de la izquierda, en honra y deshonra, en mala y buena fama; cual impostores, siendo veraces; cual desconocidos, siendo bien conocidos; cual moribundos, mas mirad que vivimos; cual castigados, mas no muertos; como tristes, mas siempre alegres; como pobres, siendo así que enriquecemos a muchos; como que nada tenemos aunque lo poseemos todo.
II Corintios VI, 1-10
Evangelio
Estando desposada la madre de Jesús con José, se halló antes de vivir juntos ellos, que había concebido del Espíritu Santo. José, su esposo, como era justo y no quería delatarla, se proponía despedirla en secreto. Mas mientras andaba con este pensamiento, he aquí que un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María tu esposa, porque su concepción es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús ( Salvador ), porque Él salvará a su pueblo de sus pecados”.
Mateo I, 18-21
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