Día 20 de Diciembre. Domingo IV de Adviento
Doble de I clase – Orn. Morados
A disponer los caminos del alma nos exhorta hoy la Iglesia con palabras del Evangelio de este domingo. “Erunt prava in directa…” Que se enderecen esas tortuosas sendas de la conciencia maleada y pervertida por la concupiscencia y el pecado. Que se abra camino amplio y limpio por medio de la purificación del alma y arrepentimiento sincero, para que por él pueda andar Jesús, y venga a nosotros el suspirado Salvador enviado por Dios.
Se aumenta incesantemente las ansias de la Iglesia que llama a su divino Esposo: ¡Ven, oh vástago de Jesé!, ¡oh Llave de David!, ¡oh Oriente!, ¡oh Rey de las naciones!, ¡oh Emmanuel!, ¡oh Sabiduría! ¡Ven, ven, ven! Abramos el corazón a tan gran esperanza para que more en él el Deseado.
Día 25 de Diciembre – La Natividad de Nuestro Señor Jesucristo
El Niño que nos nace es el Hijo de Dios, engendrado en cuanto Dios por el Padre desde toda la eternidad: Ego hodie genuit te; engendrado también por Dios como hombre el día de la encarnación: Filius meus es tu, ego hodie genuit te. Por eso nos dice San Juan en el prólogo de su Evangelio: “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios y el Verbo era Dios. Por Él fueron hechas todas las cosas, y sin el nada se hizo de cuanto había sido hecho… Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y vimos Su gloria, gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
"Venite Adoremus!”
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