Sermón
R.P. Lenin Velásquez M.
Lección
Hermanos: Alegraos siempre en el Señor. Otra vez os lo digo: alegraos. Que vuestra dicha sea conocida de todos los hombres: el Señor está cerca. no os preocupéis por nada. Al contrario, en todas vuestras oraciones y ruegos, presentad a Dios vuestras peticiones, acompañadas de hacimiento de gracias. Y la paz de Dios, que supera todo sentido, custodie vuestros corazones y vuestras inteligencias en Nuestro Señor Jesucristo.
Filipenses IV, 4-7
Evangelio
En aquel tiempo los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, para que le preguntasen: Tú, ¿quién eres? Y confesó y no negó, antes declaró: Yo no soy el Cristo. Y le preguntaron: ¿Qué, pues? ¿Eres Elías? y dijo: No soy. ¿Eres el Profeta? Y respondió: No. Dijéronle: ¿Quién eres, pues? Para que demos respuesta a los que nos han enviado. ¿Qué dices de ti mismo? Dijo: Soy la voz del que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor como dijo el Profeta Isaías. Y los que habían sido enviados eran de los Fariseos. Y preguntáronle y dijéronle: ¿Por qué bautizas, pues, si no eres el Cristo, ni Elías, ni el Profeta? Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; pero en medio de vosotros está el que vosotros no conocéis. Este es el que vendrá detrás de mí, el que ha existido antes que yo y del cual no soy digno de desatar la correa del zapato. Estas cosas acontecieron en Betania, al otro lado del Jordán, donde bautizaba Juan.
Juan, I, 19-28
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