Sermón
S.E.R. Pío Espina Leupold
Sermón
R.P. Gabriel María G. Rodrígues
Lección
Hermanos: Revestíos, como elegidos de Dios, como santos y amados (suyos), de entrañas de misericordia, de benignidad, de humildad, de modestia y de paciencia, soportándoos mutuamente, y perdonándoos los unos a los otros, si alguien tuviere queja contra otro. Como el Señor os perdonó a vosotros, así debéis hacer vosotros. Mas, sobre todas estas cosas, tened caridad, porque ella es el vínculo de la perfección. Y la paz de Cristo salte gozosa en vuestros corazones, pues por ella habéis sido llamados a formar un solo Cuerpo. Y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite copiosa en vosotros con toda sabiduría, enseñándoos y exhortándoos los unos a los otros con salmos, e himnos, y cánticos espirituales, cantando con gracia a Dios en vuestros corazones. Todo cuanto hagáis, de palabra o de obra, hacedlo en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, dando gracias a Dios y al Padre por Nuestro Señor Jesucristo.
Colosenses III, 12-17
Evangelio
En aquel tiempo dijo Jesús a las turbas esta parábola: El reino de los cielos es comparable a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Mas, cuando dormían sus hombres, vino su enemigo y sembró cizaña encima, en medio del trigo y se fué. Y, cuando creció la semilla y produjo fruto, apareció también la cizaña. Acercándose entonces los siervos al padre de familias, le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo, pues, tiene cizaña? Y les dijo: El enemigo hizo eso. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres que vayamos y la recojamos? Y les dijo: No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis también el trigo. Dejad que crezcan ambas simientes hasta el tiempo de la siega, y entonces diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos, para quemarla: el trigo, en cambio, congregadlo en mi granero.
Mateo XIII, 24-30
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