miércoles, 30 de octubre de 2024

Boletín Dominical 3 de noviembre


Día 3 de Noviembre, Domingo XXIV de Pentecostés

(Domingo IV después de Epifanía) Doble- Orn. Verdes.

En el Evangelio de Hoy manifiesta Jesús su poder sobre los seres inanimados, sobre los vientos y las tempestades, que se aquietan a su voz, dando una nueva manifestación de su divinidad, como Señor que es de todas las criaturas.

Esa navecilla combatida por las olas es imagen de la Iglesia Católica, perseguida constante y terriblemente por todos los tiranos y por todos los errores, y siempre saliendo airosa y vencedora por la asistencia especial de Cristo, Nuestro Señor, que es la roca viva contra la cual se estrellan quienes, en su locura, se levantan contra esta Iglesia que ha seguido siempre adelante, triunfando de todos.

Lo mismo pasará en nuestras almas combatidas por la duda, el error o las tentaciones, si acudimos pronto y confiadamente al bondadoso Jesús.




Día 9 de Noviembre,
Dedicación de la Archibasílica del Santísimo Salvador

Terminada la era de las persecuciones, sale la Iglesia de las Catacumbas, se rodea de arte y magnificencia la liturgia y aparece en público, esplendoroso y ferviente, el culto cristiano. La Roma cristiana ha sepultado a la Roma pagana; la santidad y grandeza del Pontificado ha eclipsado el brillo del imperio. Sobre el monte Celio se alzaba en Roma el palacio imperial, llamado Laterano (Letrán), el cual el emperador Constantino entregó a San Silvestre para morada de los Papas.

Allí se edificó la Catedral del Romano Pontífice, que vino a ser, por tanto, la Iglesia Madre y Cabeza de todas las Iglesias del mundo. Al consagrarla el Papa San Silvestre el 9 de noviembre del año 324 la dedicó a Nuestro Señor Jesucristo, con el título de Santísimo Salvador, no solo porque se dejó ver su imagen pintada milagrosamente en la pared, sino porque Jesucristo es la cabeza de la Iglesia. Vulgarmente es conocida con el nombre de San Juan de Letrán, por tener adjunto el celebérrimo baptisterio consagrado a San Juan Bautista, que aún guarda la forma y magnificencia primitiva. En esta basílica Lateranense se ha realizado cinco concilios ecuménicos, y a su lado está el palacio, residencia particular de los Papas durante muchos siglos. Después el monte Vaticano suplantó el monte Celio.

Siendo esta Iglesia la que en punto de consagración tiene la preeminencia; aquella donde el nombre de Jesucristo se predicó la primera vez francamente y con plena libertad; aquella donde la fe triunfó gloriosamente de todas las persecuciones y de todo poder del paganismo armado contra ella; aquella donde en esta dedicación ostentó a los ojos de todo el mundo el más magnifico, el más augusto triunfo que se vio jamás en la tierra, era justo que todos los años se renovase su memoria para rendir al Todopoderoso por tan señalado beneficio, y este es el asunto de la presente solemnidad.



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