Doble de I Clase. Conm. Domingo I después de
Pentecostés. Ornamentos Blancos.
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L más grande misterio de nuestra santa
religión, el más profundo, santo e incomprensible dogma de nuestra fe, la
verdad revelada más alta y sagrada es la de
(Sigue) Es esta una verdad que traspasa las fronteras de nuestro entendimiento que solo alcanzaremos a comprender en la otra vida, cuando gocemos de la contemplación de Dios. Y no nos parezca mucho haya en el ser infinito de Dios verdades que superen la capacidad tan limitada de nuestro entendimiento. Por consiguiente, puede decirse que el misterio de la Trinidad es el misterio en que nuestra fe da más honor a Dios por el sacrificio que le hace de toda nuestra razón.
Fruto práctico de esta festividad sea el propósito de hacer la señal del cristiano con aquel amor, reverencia y devoción que merecen la tres divinas Personas que invocamos, y que fomentemos entre nosotros aquella caridad y unión que existe entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Es Dios Nuestro Señor uno en esencia y trino en personas: un solo Dios verdadero y tres Personas Divinas. “Tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y esos tres son uno”, dice San Juan (I, 5,7).
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