Con la festividad de hoy presenta la Iglesia a nuestra consideración el modelo de hogares cristianos, santificando la vida de familia. El Apóstol San Pablo nos indica en la Epístola las virtudes que deben resplandecer en nuestros hogares: “Revestíos, nos dice, de entrañas de misericordia, de benignidad, humildad, dulzura y longanimidad, sobrellevándoos unos a otros y perdonándoos mutuamente. Mas sobre todo, tened caridad, que es vinculo de perfección.”
Unión entre los miembros por el amor, paz y vida de hogar. Unión por una misma fe, una creencia, una misma oración hecha en común, para que reciba especiales bendiciones de Dios.
“Muy dulce nos es recordar la casita de Nazaret y la humilde existencia que allí se lleva; aquí es donde el divino Niño aprende el oficio de San José; junto a Jesús se sienta su dulce Madre; junto a su esposo mora la abnegada esposa, la cual se siente feliz de poder aliviar sus fatigas con sus ternísimos cuidados.”
El Evangelio narra cómo el Niño se queda entre los doctores, estupefactos por la sabiduría de sus preguntas y respuestas. Oímos su protesta, hecha a su madre, de que vino a promover la gloria de su padre y cumplir su voluntad.
Día 13 de enero, El
Bautismo de Nuestro Señor Jesucristo.
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