Día 10 de diciembre, domingo II de Adviento.
Doble I clase. Orn. Morados.
La Misa de hoy es un mensaje de esperanza. Da la nota de la universalidad de la misión de Cristo: “Pueblo de Sión: mira que el Señor vendrá a salvar las naciones, y hará oír su gloriosa voz con alegría vuestra.” (Introito).
San Juan Bautista había dado públicos testimonios sobre el Mesías. Se habían reunido con él numerosos discípulos, los cuales envía ahora, desde el castillo de Maqueronte donde está encarcelado por la venganza de la impúdica Herodíades, a que se reúnan con Jesucristo.
El Bautista es el precursor, la voz que resuena en el desierto despertando las conciencias. El que viene tras él es el Salvador, el Mesías a quien deben amar y seguir. Toda la vida del Bautista es eso, preparar los caminos de Jesucristo, disponer los corazones por el arrepentimiento a recibirle, iluminar las conciencias de su pueblo arrancando la venda de materialismo que lo cegaba para que vean las cosas de Dios y fuera un pueblo perfecto.
12
de Diciembre, la Santísima. Virgen de Guadalupe.
Pocos años después de la conquista de Méjico, por el insigne extremeño Hernán Cortés, el 9 de diciembre de 1531, se apareció la Virgen Santísima en la colina del Tepeyac, cerca de la ciudad, al indio Juan Diego, sencillo y temeroso de Dios, ordenándole que fuera al obispo de esta ciudad y le intimase de su parte que era su voluntad que en aquel mismo lugar se le edificase un templo donde fuese venerada de los fieles, y en donde la Señora por su parte les dispensaría siempre sus piedades. Después de otras apariciones y de curar milagrosamente al tío de Juan Diego, llamado Bernardino, el 12 de diciembre hizo brotar ante su vista, en pleno invierno, hermosas rosas, las cuales le mandó que recogiera y llenara con ellas su tilma, para que se las presentara al arzobispo de Méjico, como prueba de la verdad de su relato y del deseo de la Señora de que en aquel cerro se le levantara un Templo. Al dejar caer las rosas vieron en la tilma primorosa y maravillosamente esculpida la sagrada imagen de la Señora tal como se le apareciera al indio, la que le había manifestado su deseo de ser venerada con el título de Guadalupe.
…Quedó el Obispo atónito a vista de semejantes prodigios; ni bien sabía si admirar las flores en un tiempo el más crudo de invierno, en que absolutamente eran imposibles, o la imagen santa, pintada y dispuesta de manera que parecía obra de ángeles. Un asombro reverente se apoderó de su corazón, y reconociendo que en aquellas cosas obraba el dedo de Dios y que mediaba la virtud divina, veneró la Santa imagen la colocó en su oratorio y se divulgó por la ciudad la fama de aquél prodigio. Al día siguiente fue el prelado en compañía del indio para que señalara el sitio en que se le había aparecido la Virgen, y en donde había mandado que se le edificase el templo.
Virgen Santísima de Guadalupe, mira por todos los pueblos de América, dales la paz y prosperidad; y has que conserven y aumenten aquel riquísimo patrimonio de religiosidad, de piedad y de fe que tú les concediste.
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