Día 3 de Septiembre, Domingo XIV de Pentecostés.
Doble - Orn. Verdes. Conm. San Pío X, Papa y Confesor
La vida del hombre sobre la tierra es un peregrinar continuo mientras dura ella; somos peregrinos, somos aves de paso, vamos en busca de la patria; y en este camino hemos de aligerar la carga de cuidados embarazosos que puedan entorpecer el viaje, hacerle pesado o hacernos cambiar de ruta con pérdida irremediable para nosotros. Debemos pues, vivir desprendidos de las cosas terrenas y practicar ese desprendimiento con la perfección posible. Esto no quita el cuidado necesario y conveniente que debemos tener con nuestras cosas y de nuestros bienes, ni aún el deseo honesto de mejorar; pero…ha de ser sin demasiadas ansias, sin inquietudes, sin envidias, sin congojas, sin que embarace tanto nuestro espíritu que perdamos de vista las espirituales y eternas hacia las que se dirige nuestra vida. Esto es lo que nos enseña el Señor en el Evangelio de hoy. “Nadie puede servir a dos señores”, y menos dos señores rivales. No podéis servir a Dios y al dinero.
Día 8 de Septiembre, Natividad de Nuestra Señora.
Celebra hoy la Iglesia el nacimiento de la Santísima Virgen María, Nuestra Señora y Madre. Su padre fue San Joaquín, de Nazaret, y su madre, Santa Ana de Belén. El día 12 se celebra el Dulcísimo Nombre de María. María, estrella del mar, María, estrella del amanecer, María estrella y derrotero de la humanidad, a la que inunda de gozo y de luz, luz que brilla dulce, clara y amable para volver los extraviados a la casa del Padre, para alegrar los corazones que gimen, para poner calor de caridad entre el odio y la indiferencia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario