domingo, 9 de octubre de 2022

Sermón Domingo XVIII después de Pentecostés

Sermón

R. P. Carlos Dos Santos


Sermón

Monseñor Pío Espina Leupold


Sermón

R.P. Gabriel M. G. Rodrigues


Sermón

R.P. Julián Espina Leupold



Lección

Hermanos: Doy gracias a Dios sin cesar por vosotros, a causa de la gracia de Dios que os ha sido otorgada en Cristo Jesús, pues en él habéis sido enriquecidos en todo, en toda palabra y en todo conocimiento, en la medida en que se ha consolidado entre vosotros el testimonio de Cristo. Así, ya no os falta ningún don de gracia a los que esperáis la Revelación de nuestro Señor Jesucristo. Él os fortalecerá hasta el fin para que seáis irreprensibles en el Día de nuestro Señor Jesucristo.

I Corintios I, 4-8


Evangelio

En aquel  tiempo: Subiendo Jesús a la barca, pasó a la otra orilla y vino a su ciudad. En esto le trajeron un paralítico postrado en una camilla. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: «¡Animo!, hijo, tus pecados te son perdonados.» Pero he aquí que algunos escribas dijeron para sí: «Este está blasfemando.» Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: «¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y anda”? Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados —dice entonces al paralítico—: “Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”.» Él se levantó y se fue a su casa. Y al ver esto, la gente temió y glorificó a Dios, que había dado tal poder a los hombres. Cuando se iba de allí, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo, sentado en el despacho de impuestos, y le dice: «Sígueme.» Él se levantó y le siguió.

San Mateo IX, 1-8

No hay comentarios.:

Publicar un comentario