sábado, 1 de octubre de 2022

Boletín Dominical 2 de octubre

Regina Sacratissimi Rosarii ora pro nobis.


Día 2 de Octubre, Domingo XVII de Pentecostés.

Doble-Ornamentos Verdes. Conm. Los Santos Ángeles de la Guarda.

Solamente el Evangelio, creído y puesto por obra, puede realizar en la tierra la unidad del espíritu con el vínculo de la paz entre todos los pueblos y naciones.

Al fariseo que con refinada malicia pregunta a Jesús cual es el mayor mandamiento, para ver si obtiene una respuesta que dé fundamento para acusarle ante el Sanedrín, le contesta categóricamente: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mayor y primer mandamiento. Y el segundo es semejante a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

El amor es una pasión muy noble que nos lleva a la unión más perfecta de voluntades, afectos y pensamientos con la persona amada. Y será tanto más noble y santo cuanto lo sea su objeto. Si pues el objeto es Dios, y el prójimo por amor de Dios, ya se ve cuan santo, noble y fecundo es el amor de Dios. Él ha inspirado tantos heroísmos en las almas.

Por lo tanto, el amor a Dios, si es verdadero y puro, debe llenar e informar toda nuestra vida, todas nuestras obras, afectos y pensamientos, de modo que sean dignos de Dios: “Con todo tu corazón, con toda tu alma…” Toda la intimidad y delicadeza de nuestro corazón, toda la ternura de nuestra alma, toda elevación de nuestro pensamiento, todo el empuje de nuestras fuerzas, todo cuanto valemos, hemos de emplearlo en el amor de Dios.





Día 7 de Octubre, Nuestra Señora del Rosario

El 7 de Octubre de 1571, España, con la ayuda del Papa y de Venecia, derrotaba en Lepanto el poderío de los turcos, que orgullosos con las grandes conquistas que hacían cada día sobre los cristianos, prometían apoderarse de toda Europa y enarbolar su media luna sobre la Cúpula de San Pedro. Mandaba la escuadra cristiana un virtuosísimo joven de 21 años, don Juan de Austria, hermano de Felipe II. Para todo el mundo cristiano fue de gran importancia esta victoria, por eso el Papa San Pio V instituyó este día la fiesta de Nuestra Señora de la Victoria reconociendo deber a la Virgen este favor, y más tarde Gregorio XIII puso en este día la fiesta del Santísimo Rosario, en lugar de la anterior, por creer ser aquella victoria un favor debido a la recitación del Santo Rosario, devoción esta la más popular  y agradable a la Madre de Dios, pues le recuerda la embajada del Ángel anunciándole tal dignidad, y que desea recen todos cada día y a ser posible, en familia, donde están reproducidos los sucesos gozosos, dolorosos y gloriosos de Jesús y María que se han venido sucediendo en todo el año. Esta gran fiesta mariana fue elevada de rito por Su Santidad León XIII, el Pontífice del Santo Rosario, y él mismo la dotó de la actual Misa y Oficio.





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