Día 15 de Mayo, Domingo IV de Pascua.
Doble- Orn. Blancos. Conm. S. Juan Bautista de la Salle. Conf.
Jesús, que es la alegría de los corazones, tiene que desaparecer de nuestra vista e ir a las mansiones de la gloria. Anuncia hoy su próxima Ascensión, y para que no se entristezcan demasiado por su partida, les dice que ella es necesaria, por que así les enviará el Espíritu Consolador, que les dará el don de ciencia y de sabiduría, y les hará entender todas las cosas. A primera vista parece extraña la conexión que leemos en el Evangelio, entre la partida de Jesucristo y la venida del Espíritu Santo, como si la presencia de N. S. fuera un impedimento para aquella venida. La razón está en las ilusiones fantásticas de un mesianismo terreno que los Apóstoles acariciaban y que no habían de abandonar hasta que Jesús se les quitase de delante.
La Epístola nos habla de la gracia y de nuestra libre cooperación a ella, que son los dos elementos necesarios para la obra de nuestra salvación y santificación. La gracia lo es todo, pero sin nuestro libre consentimiento y cooperación quedará ineficaz la acción de la gracia.
Mayo, Mes de María
La Virgen María es la Madre de Dios y además es tu madre y de todos los hombres. ¡Cuantas cosas grandes y escondidas ha hecho este Dios omnipotente en esta criatura admirable, como se ve (Continua).
(Sigue)…obligada Ella misma a decirlo, a pesar de su profunda humildad: “porque ha hecho en mí cosas grandes Aquel que es todopoderoso!” El mundo no las conoce, porque es incapaz de ello e indigno. Sin embargo, si supieses los innumerables beneficios que hace a los hombres, mucho la amarías y mucha devoción le tendrías.
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