sábado, 25 de diciembre de 2021

Boletín Dominical 26 de diciembre



Día 26 de Diciembre,

San Esteban, Protomártir Doble de II clase

Conm. Domingo Infraoctava de Navidad 

Orn. Rojos

Nos hace leer la Iglesia en esta dominica un inspirado y hermoso trozo de la Epístola a los Gálatas, en la cual San Pablo demuestra nuestra filiación divina por el Nacimiento humano de Cristo. Tres partes encontramos en el razonamiento del Apóstol. En la primera les dice a los judíos, que tenían dificultad en recibir el Evangelio por que pensaban que el régimen de la ley mosaica era divino y perfecto, que ese régimen de la ley mosaica fue una especie de menor edad comparable con la esclavitud conforme al derecho romano. Sobre éste fundamento jurídico, aplicado alegóricamente, …va discurriendo el Apóstol entre el tiempo y el estado de la ley, que era como la menor edad, y el tiempo y estado del Evangelio, que es la mayor edad de los hombres libres. En la segunda parte nos dice cómo recibimos la perfecta filiación divina con el Nacimiento de Cristo: “Cuando llegó la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, formado de una mujer y sujeto a la ley para rescatar a los que estaban bajo la ley y recibiesen la filiación adoptiva Divina”.

   En la tercera y última parte señala el Apóstol la unión existente entre esa filiación Divina y la presencia del Espíritu Santo en nuestros corazones.






I de Enero, fiesta de la Circuncisión de Nuestro Señor Jesucristo


Dios nuestro Señor instituyó la circuncisión (Génesis 17, 4-11) como para sellar el pacto que celebraba con Abraham y todos sus descendientes. Con ésta ceremonia ritual se incorporaba el que la recibía al pueblo de Dios, y se obligaba al cumplimiento de la Ley. Al mismo tiempo, con esto, se hacía merecedor de las promesas divinas, y manifestando su fe en el Redentor, hijo de Abraham, obtenía la remisión del pecado original. Equivalí, pues, la circuncisión, entonces, al sacramento del bautismo, que luego instituyó N. S. Jesucristo, cuya figura era y por cuyos méritos futuros se remitía el pecado original.

Nuestro Señor quiso también someterse a ésta sangrienta ceremonia, mostrando que era hijo de Abraham, según la carne, y para darnos ejemplo de obediencia, y libertar de aquel pesado yugo a los que había de redimir. (Gálatas 4, 4-5).







No hay comentarios.:

Publicar un comentario