sábado, 2 de mayo de 2020

Boletín Dominical 3 de mayo





Invención o Hallazgo de la Santa Cruz
Conm, Domingo III de Pascua. Doble-Orn. Rojo.
Después de la insigne victoria del Emperador Constantino sobre Majencio, por la cual aceptó la Cruz del Señor como algo divino, Helena, madre de Constantino, habiendo sido advertida en sueño, fue a Jerusalén a fin de encontrar la Cruz de Cristo; donde una estatua de Venus de mármol, que había sido puesta por los gentiles en el lugar de la Cruz, para quitar la memoria de la Pasión de Nuestro Señor, estuvo allí cerca de ciento ochenta años hasta ser derrumbada. Y lo mismo se hizo en el lugar de nacimiento del Salvador con una estatua de Júpiter, y en el lugar de la Resurrección fue puesta una estatua de Adonis. Purgado el lugar de la Cruz, después de profundas excavaciones fueron encontradas tres cruces y el Titulo de la Cruz del Señor aparte, que no parecía haber estado fijo en ninguna de las tres cruces. La duda proporcionó un milagro, pues Macario, obispo de Jerusalén, haciendo oración a Dios, tocó con las tres cruces a una mujer que padecía una grave enfermedad que no podía ser curada por nadie, y luego de ser tocada por la Tercera Cruz fue sanada. Helena construyó una magnifica iglesia en el lugar donde fue encontrada la Santa Cruz, guardando una parte de la Cruz adentro de un cofre de plata, y la otra parte se la envió a su hijo Constantino, la cual fue puesta en Roma en la Iglesia de la Santa Cruz de Jerusalén, edificada en las murallas de Sesoriano. Mandó también a su hijo los Clavos de los cuales había estado pendiente el Santísimo Cuerpo de Jesucristo. Desde entonces Constantino sancionó una ley, ordenando que no fuera impuesto a nadie el suplicio de la cruz. Así fue como, la que antes era motivo de oprobio para los hombres (la Cruz), comenzó a ser venerada y glorificada. (Breviario Romano).

Horarios de Misa entre semana en la
Iglesia San José, El Retiro.

Lunes 4, 
Santa Mónica. Mártires. Viuda. Doble. Orn. Rojos.                                           8:00 

Martes 5, 
San Pio V. Papa y Confesor. Doble. Orn. Blancos.                                            8:00                                                              
Miércoles 6, 
San Juan Evangelista ante la Puerta Latina. Doble. Orn. Rojos.                        8:00

Jueves 7,
San Estanislao. Mártir. Doble. Orn. Rojos.                                                        8:00                                                              
Viernes 8, 
Aparición de San Miguel Arcángel. Doble. Orn. Blancos.                                8:00

Sábado 9, 
Aniversario de la Coronación de La Virgen de Lujan, 
Patrona Principal de Argentina, Paraguay y Uruguay. 
Doble de I Clase. Orn. Blancos.                                                                         9:00

Día 10 de Mayo, Domingo IV de Pascua.
Doble. Conm. San Antonino. Obispo y Conf. Orn. Blancos

Iglesia San José, el Retiro                                                                             10:00


9 de Mayo Nuestra Señora de Lujan,
Patrona de Argentina, Uruguay y Paraguay

La advocación de la Virgen de Lujan honra a María en su Inmaculada Concepción. Tiene su origen el conocido milagro por el cual la Reina del Cielo manifestó su voluntad de que una imagen suya quedara en el lugar adonde se levanta hoy la ciudad de Lujan. Fue en 1630, cuando aquel lugar era un desierto, que el hecho se produjo: los bueyes que arrastraban la carreta en que la imagen de la Purísima rumbo al interior, no avanzaron de ese punto hasta que no se sacó de la carreta el cajoncito que contenía la pequeña estatua. Es de advertir que los que actuaban en ese acontecimiento ignoraban lo que había adentro del cajoncito. Se hizo el experimento varias veces con idéntico resultado: cuando se colocaba el cajoncito en la carreta, los bueyes se detenían aunque no llevaran más carga, cuando se le sacaba los bueyes caminaban, aunque llevaran el resto de la carga. Ante tan extraño suceso, los presentes abrieron el cajoncito, y al encontrarse con una imagen de María Inmaculada, pensaron con acierto que la Madre de Dios quería que en Luján se honrara su Pura y Limpia Concepción. Los milagros obrados después por la Virgen confirmaron la piadosa conjetura.
La piedad popular fue creciendo en torno a la advocación de Luján y la Iglesia la consagró instituyendo una fiesta litúrgica con Misa propia.




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