sábado, 30 de agosto de 2025

Sermón Domingo XII después de Pentecostés

Sermón

S.E.R. Pío Espina Leupold


Lección

Hermanos: Tenemos tal confianza con Dios por Cristo: no porque podamos pensar algo por nosotros como de nosotros mismos, sino que nuestra suficiencia viene de Dios, el cual nos ha hecho idóneos ministros del Nuevo Testamento, no de la letra, sino del espíritu: porque la letra mata, pero el espíritu vivifica. Si, pues, el ministerio de la muerte, grabado con letras sobre piedras, fué glorioso, de tal modo que los hijos de Israel no podían mirar el rostro de Moisés, por la gloria de su cara, que había de acabar: ¿Cuánto más glorioso será el ministerio del Espíritu? Porque, si el ministerio de la condenación fué tan glorioso, mucho más glorioso aún es el ministerio de la justicia.

Corintios 2, III, 4-8


Evangelio

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros véis. Porque os aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron: y quisieron oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron. Y he aquí que un legisperito se levantó, tentándole y diciendo: Maestro, ¿Qué haré para poseer la vida eterna? Entonces El le dijo: ¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lo lees? El, respondiendo, dijo: Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con todo tu entendimiento: y al prójimo como a ti mismo. Y díjole: Bien has respondido: haz eso, y vivirás. Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? Y, respondiendo Jesús, dijo: Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de los ladrones, los cuales le despojaron: y, habiéndole herido, se marcharon, dejándole medio muerto. Y sucedió que un sacerdote bajó por el mismo camino: y, habiéndole visto, pasó de largo. E igualmente un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Mas un samaritano que viajaba, pasó cerca de él: y, habiéndole visto, se movió a compasión. Y, acercándose, vendó sus heridas, derramando sobre ellas aceite y vino: y, poniéndole en su jumento, le llevó a una posada, y tuvo cuidado de él. Y, al día siguiente, sacó dos denarios y se los dió al hospedero, y le dijo: Cuida de él: y, todo cuanto gastares, yo te lo pagaré cuando vuelva. ¿Cuál de estos tres te parece a ti que fué el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Y él dijo: El que tuvo compasión de él. Y díjole Jesús: Vete y haz tú lo mismo. 

S. Lucas X, 23-37

Dom Gueranger: Domingo XII después de Pentecostés

  




DUODÉCIMO DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

Año Litúrgico - Dom Prospero Gueranger



MISA

El Introito comienza por el bello versículo del Salmo 69: ¡Oh Dios, ven en mi ayuda; apresúrate, Señor, a socorrerme! Casiano, en su conferencia décima, enseña cómo este grito del alma conviene a todos los estados, y responde a todos los sentimientos. Durando de Mende lo aplica a Job en la presente circunstancia, puesto que las lecturas del Oficio de la noche, sacadas del libro en que se narran sus pruebas y padecimientos, coinciden, aunque raramente, con este Domingo. Ruperto ve en él con preferencia, los acentos del sordomudo, cuya misteriosa curación fué, hace ocho días, objeto de nuestras meditaciones. "El género humano, dice, se hizo en la persona de nuestros primeros padres sordo a los mandatos de su Creador, y mudo para cantar sus alabanzas; el primer movimiento de su lengua desatada por el Señor, es para invocar a Dios. Ese es también el primer grito de la Iglesia por la mañana, y su primera expresión en las horas del día y de la noche.


INTROITO

Oh Dios, ven en mi ayuda: señor, apresúrate a socorrerme: sean confundidos y avergonzados mis enemigos, los que buscan mi vida. — Salmo: Sean derrotados, y cubiertos de afrenta: los que quieren mi mal. V. Gloria al Padre.


Ya hemos dado la razón por la que, con frecuencia, la Colecta de las Misas del Tiempo después de Pentecostés tiene alguna relación con el Evangelio del Domingo precedente. La oración que sigue se presta a esa conexión. Hace ocho días, el Evangelio nos recordaba que el hombre, inhábil desde poco ha, para el servicio de su Creador, habiendo recobrado por la divina bondad sus aptitudes sobrenaturales, se expresa correctamente desde entonces en el lenguaje de la alabanza: loquebatur recte. La Iglesia, partiendo de esta conclusión del sagrado relato, dice:


COLECTA

Omnipotente y misericordioso Dios, de cuyo don procede el que tus fieles te sirvan digna y laudablemente: suplicámoste hagas que corramos sin tropiezo a la consecución de tus promesas. Por nuestro Señor.

viernes, 29 de agosto de 2025

Boletín Dominical 31 de agosto



Día 31 de Agosto, Domingo XII de Pentecostés

Doble- Conm. de San Ramón Nonato, Confesor. Orn. Verdes.

El Evangelio de hoy nos habla del buen samaritano. Este buen samaritano nos da un magnífico ejemplo de cómo se debe cumplir la ley cristiana de la caridad, del amor que hemos de tener a nuestros prójimos aunque nos sean desconocidos; sin esta caridad cristiana hace Dios poco caso de todas las otras virtudes.

Cumplir bien el precepto de amor es cumplir con toda la ley, porque esa virtud de la caridad perfecta nos une a la voluntad de Dios con vinculo tan estrecho, que no hay peligro de traspasar ningún precepto porque el que ama a Dios y al prójimo. Hace siempre la voluntad de Dios, de modo que siempre se podrá decir: ama y haz lo que quieras.

Cristo es también el Buen Samaritano, y quiere que lo seamos todos nosotros con todos nuestros semejantes, particularmente con los más doloridos y necesitados, ya sea física o moralmente. En el cristiano no hemos de mirar su exterior, a veces repugnante, a veces poco simpático, sino a su alma, que es preciosa a los ojos de Dios y divinizada como nosotros por la gracia de Cristo.







ENSEÑANZA DE LA IGLESIA
Extracto de la Encíclica Sapientiae Christianae de S.S. León XIII.
(10-I-1890)

Sobre las obligaciones de los cristianos. 

“Tratándose de determinar los límites de la obediencia, nadie crea que se ha de obedecer a la autoridad de los Prelados y principalmente del Romano Pontífice solamente lo que toca a los dogmas cuando no se pueden rechazar con pertinacia sin cometer crimen de herejía. Ni tampoco basta admitir con sinceridad las enseñanzas que la Iglesia, aunque no estén definidas con solemne declaración, propone con su ordinario y universal magisterio como reveladas por Dios, las cuales manda el Concilio Vaticano que se crean con fe católica y divina, sino además uno de los deberes de los cristianos es dejarse regir y gobernar por la autoridad y dirección de los Obispos y, ante todo, por la Sede Apostólica. Fácilmente se echa de ver cuán conveniente sea esto. Porque lo que se contiene en la divina revelación, parte se refiere a Dios y parte al mismo hombre y a las cosas necesarias a la salvación del hombre. 

Ahora bien: acerca de ambas cosas, a saber, qué se debe creer y qué obrar, como dijimos, prescribe la Iglesia por derecho divino y en la Iglesia el Sumo Pontífice, por virtud de la autoridad, debe poder juzgar qué es lo que se contiene en las enseñanzas divinas, qué doctrina concuerda con ellas, y cuál es la que de ellas se aparta, y del mismo modo señalarnos las cosas buenas y las malas; lo que es necesario hacer o evitar para conseguir la salvación; pues de otro modo no sería para los hombres interprete fiel de las enseñanzas de Dios ni guía seguro en el camino de la vida.”


Extracto de un discurso del Papa San Pío X
(18-XI-1912)

“Cuando se ama al Papa, no se entablan discusiones en torno a lo que él dispone o exige, o  hasta donde debe llegar la obediencia y en qué cosas se debe obedecer, cuando se ama al Papa, no se dice que no ha hablado bastante claro, como si estuviera obligado a repetir al oído de cada uno la voluntad claramente expresada tantas veces no sólo de palabra, sino con cartas y otros documentos públicos; no se ponen en tela de juicio sus órdenes aduciendo el fácil pretexto de quien no quiere obedecer: que no es el Papa el que manda, sino los que le rodean; no se limita el campo en que puede y debe ejercer la autoridad; no se antepone a la autoridad del Papa la de otras personas aún doctas que disienten del Papa, las cuales, si son doctas, no son santas, porque el que es santo no puede disentir del Papa.” (AAS 4 (1912), p. 693-695.



domingo, 24 de agosto de 2025

Sermón San Bartolomé, Apóstol

Sermón

S.E.R. Pío Espina Leupold


Lección

Hermanos: Vosotros sois el cuerpo místico de Cristo, y miembros unidos a otros miembros. Así es que ha puesto Dios en la Iglesia primero apóstoles, después profetas,luego doctores, después a los que tienen el don de hacer milagros, por fin a los que tienen gracia de curar y socorrer al prójimo, el don de gobernar, de hablar todo género de lenguas y de interpretar las palabras. Por ventura son todos apóstoles? o todos profetas? y o todos doctores?; Obran todos milagros? y tienen todos la gracia de curar? y hablan todos lenguas? ; todos interpretan la Escritura ? Vosotros,empero,entre estos dones aspirad a los mejores.

Corintios I, XII, 27-31


Evangelio

En aquel tiempo, retiróse Jesús a orar en un monte,y pasó toda la noche en la oración de Dios. Ya de día llamó a sus discípulos, y escogió entre ellos doce, a los cuales llamó Apóstoles, y eran éstos: Simón, a quien llamó Pedro, y Andrés su hermano,Santiago y Juan, Felipe y Bartolomé, Mateo y Tomás, Santiago, hijo de Alfeo y Simón, llamado el Celador;Judas, hermano de Santiago,y Judas Iscariote, que fué el traidor. Y al bajar con ellos, detúvose en un campo, seguido de la numerosa compañía de sus discípulos y de inmenso gentío de toda la Judea, y de Jerusalén, y de la región marítima,y de Tiro y de Sidón, que habían venido a oirle y a ser curados de sus dolencias. Asimismo los poseídos de espíritus inmundos eran también curados. Y todo el mundo procuraba tocarle; porque salía de Él una virtud que sanaba a todos.

S. Lucas VI, 12-19

sábado, 23 de agosto de 2025

Dom Gueranger San Bartolomé, Apóstol

 


SAN BARTOLOMÉ, APOSTOL

El Evangelio de San Juan, desde sus primeras páginas, nos presenta al Apóstol cuya fiesta celebra hoy la Iglesia. Su verdadero nombre es Natanael, que significa don de Dios. Mas parece que por costumbre se le designaba únicamente con el nombre de Bartolomé, que quiere decir hijo de Tolmai. Natanael fué verdaderamente un don de Dios para los innumerables paganos a los que, con peligro de su vida, llevó la buena nueva de la salvación.


LA VOCACIÓN DE SAN BARTOLOMÉ

Formó parte del grupo de los cinco Apóstoles privilegiados que Jesús reunió antes de comenzar su vida pública y que fueron testigos de su primer milagro. Jesús, en efecto, estando todavía cerca del lugar de su bautismo, había retenido junto a si a Juan y a Andrés, que el Bautista le había enviado; a Pedro, llevado por su hermano, y a Felipe, a quien había llamado El mismo. Y parece que fué entonces, de camino para las bodas de Caná, cuando Felipe, ardiendo ya en el deseo de ganar almas a Jesucristo, presintió la vocación de su amigo Natanael, a quien, «en viéndole, habló del Mesías en estos términos: "Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley y los profetas, a Jesús, Hijo de José de Nazaret".

Esta profesión de fe, tan sencilla pero tan firme, no llegó a convencer al piadoso Natanael, aunque procedía de un amigo en quien no podía tener duda. El nombre de Nazaret le disgustó. Nazaret era una pequeña ciudad de mala fama. Escéptico, respondió: "¿Puede salir algo bueno de Nazaret"? Felipe entonces tuvo el arranque de todo verdadero discípulo de Jesús. En vez de entrar en discusiones, invitó a su amigo a juzgar por sí mismo: "Ven y verás." Ningún corazón recto que encuentre a Jesús puede permanecer indiferente. Al momento queda conquistado. Los Apóstoles mejor que nadie lo pudieron comprobar. Sabían que su actividad para nada valía si no iba acompañada de la de Cristo. No hay hombre que pueda hacer nacer la fe sobrenatural o el amor divino en el corazón de otro hombre. Eso es obra de Dios solo. El Señor es el único autor de la gracia. Únicamente pide a los Apóstoles que le traigan las almas y El las hará hijas de Dios. El Apóstol, servidor dócil y fiel, desaparece humildemente ante su Maestro. Sabe que una vez que ha dicho: "Ven y verás", ha cumplido todo su ministerio.


EL ACTO DE FE DE SAN BARTOLOMÉ

El amigo de Felipe, tocado ya en el fondo de su corazón por la llamada del Padre "que lleva las almas al Hijo" y preso de una profunda conmoción, se acercó a Jesús. Y Jesús, al verle llegar, le saludó jubilosamente: "He aquí un verdadero Israelita, en quien no hay dolo." ¡Magnífica declaración de parte del Supremo Juez, cuya mirada penetra los más íntimos repliegues de las conciencias! Por entonces, téngalo presente el lector, la casuística farisaica había cambiado en muchos puntos la moral natural y había convertido a los Judíos en ergotistas, falsos, hipócritas; por lo cual, la lealtad profunda de Natanael era ya una virtud rara en el pueblo de Dios. Y se explica la explosión de alegría en el Mesías al encontrar, en medio de su pueblo corrompido, un verdadero Israelita.

Pero Bartolomé era además una alma humilde. Aquel elogio público y repentino le asustó; tal vez hasta le desagradó. Buscó el modo de aminorarle discutiendo su verdad: "¿De qué me conoces"?, replicó; ¿cómo puedes saber lo que valgo? Y Jesús, mirándole con una mirada divina y humana que penetraba en lo más hondo de las almas para saciarlas en su sed de Dios le respondió sencillamente: "Antes de llamarte Felipe, cuando estabas bajo la higuera, te vi."

Misteriosa respuesta que sólo podía darla el que lee en las conciencias. La continuación del diálogo nos deja entrever a qué preocupaciones secretas de Natanael debió de responder el Señor. Poco antes, oculto en la sombra de una higuera, Bartolomé se había puesto en oración. Como buen Israelita, había pedido a Dios que salvase a su pueblo de la esclavitud y cumpliese la profecía de Daniel enviando al "Hijo del hombre", a quien el profeta habla visto caminar sobre las nubes, rodeado de Angeles, y a quien se le había dado "el señorío, la gloria y el imperio". sobre todos los pueblos, por toda la eternidad. Había también pedido la venida tan deseada del verdadero rey de Israel. Entonces, en contacto con el Señor, a la mirada divina de sus ojos, se sintió comprendido y atendido en las pocas palabras de su respuesta. Su primera duda se desvaneció para dar lugar al borbotar de la fe y del amor, y de lo más profundo de su ser, exclamó entregándose por completo: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel".

Esta es la gloria auténtica de San Bartolomé. Nos dió un ejemplo de fe cristiana, aun antes que el mismo San Pedro, si bien es cierto que de una manera menos solemne y menos completa. Su espontaneidad, su arranque, a la vez que la delicadeza de su docilidad a los primeros toques de la gracia, todo nos revela un alma entregada totalmente a la voluntad divina. Y Jesús recompensó al instante la fe de Natanael con magnificas promesas. "¿Porque te he dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Verás cosas mayores." Y, en efecto, presenciará los milagros de la vida pública del Mesías, en su predicación, en su resurrección y en su ascensión. Luego, volviéndose Cristo hacia los otros discípulos y dirigiéndose en ellos a todos los que después habían de creer en El, añadió: "En verdad, en verdad os digo que veréis abrirse el cielo y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo de hombre." Jesús afirmaba así bien claramente que El era el Mesías esperado. Cupo, pues, a San Bartolomé, el insigne privilegio de dar origen con su acto de fe al primer testimonio que el Mesías dió de sí mismo y que nos ha conservado el Evangelio.

Luego de haber referido circunstanciadamente la vocación de Natanael, las Escrituras no vuelven a decir nada de este Apóstol; pero lo dicho es bastante para hacerle amar y, por eso, la Iglesia celebrará con gratitud su memoria hasta el fin de los tiempos.


VIDA

San Bartolomé era oriundo de Caná de Galilea, compatriota de San Simón y amigo de San Felipe. Los Evangelios dicen poco de él: se sabe tan sólo que tomó parte en la última pesca milagrosa, después de la resurrección del Señor. Desplegó su apostolado en Armenia y probablemente en Persia también. Tal vez de aquí llevasen sus discípulos más lejos su predicación, esto es, a Etiopía y aún a las Indias! Tradiciones antiguas afirman que murió desollado vivo y que fué decapitado por orden de Un rey pagano. En el siglo VI se encuentran sus reliquias en Daras, en Mesopotamia.

En el IX se veneran en el mediodía de Italia: primeramente en Lipari y luego en Benevento. Por fin, en el siglo xi, se las trasladó a Roma. San Bartolomé es el patrón de Armenia. En Occidente también le reconocen por patrono las corporaciones de carniceros. curtidores y encuadernadores.


ORACIÓN POR LA UNIDAD

Enséñanos, oh gran Apóstol, a dejarnos guiar en todo por el espíritu de fe. Del mismo modo que tú respondiste con docilidad a Felipe, que te invitaba a acercarte a Jesús y dar su vida por El, alcánzanos que seamos también nosotros dóciles a los sucesores de los Apóstoles, a la Iglesia, al Papa, fue con sus enseñanzas y sus mandatos nos guían a Cristo, nos enseñan a vivir en su amor, a recibirle en los sacramentos, de forma que un día podamos contemplar en el Cielo la gloria de nuestro Redentor. Y tú, de quien Roma se gloría por guardar tus restos preciosos, lleva a Pedro las naciones que evangelizaste; justifica las esperanzas de universal unión que en nuestros días se van reavivando; ayuda a los esfuerzos que hace el Vicario del Hombre-Dios para juntar bajo, del cayado del pastor a los rebaños disidentes, cuyos pastos secó el cisma. Todos unidos, podamos disfrutar en común de los tesoros de nuestras tradiciones concordes e ir a Dios a costa de todas las privaciones, por el procedimiento a la vez tan amplio y tan sencillo que nos enseñan tu sublime teología y tus ejemplos.


MISA


INTROITO

Veo Señor, que honras sobremanera a tus amigos,y que les das un poder inmenso.-Salmo. Señor,me has probado y conocido; Tú cono-ces cuanto hago, ora esté quieto, ora andando. y. Gloria al Padre. Glória Patri.


COLECTA

Oh Dios omnipotente y eterno, que nos hiciste tan venerable, santo y alegre este día con la festividad de tu Apóstol San Bartolomé: concede, te suplicamos, a tu Iglesia amar lo que él creyó y predicar lo que enseñó. Por nuestro Señor Jesucristo.


LECCIÓN

Lección de la Epístola del Apóstol S. Pablo a los Corintios I, XII, 27-31

Hermanos: Vosotros sois el cuerpo místico de Cristo, y miembros unidos a otros miembros. Así es que ha puesto Dios en la Iglesia primero apóstoles, después profetas,luego doctores, después a los que tienen el don de hacer milagros, por fin a los que tienen gracia de curar y socorrer al prójimo, el don de gobernar, de hablar todo género de lenguas y de interpretar las palabras.  Por ventura son todos apóstoles? o todos profetas ? y o todos doctores?; Obran todos milagros? y tienen todos la gracia de curar? y hablan todos lenguas ? ; todos interpretan la Escritura ? Vosotros,empero,entre estos dones aspirad a los mejores.



GRADUAL
Los constituirás príncipes sobre toda la tierra;ellos recordarán, Señor,tu nombre.v.En lugar de tus padres, te nacerán hijos;por lo cual los pueblos te alabarán.

Aleluya, aleluya. y. A Ti,Señor, te alaba el glorioso coro de los Apóstoles. Aleluya.


EVANGELIO

Continuación del S. Evangelio según S. Lucas VI, 12-19

En aquel tiempo, retiróse Jesús a orar en un monte,y pasó toda la noche en la oración de Dios. Ya de día llamó a sus discípulos, y escogió entre ellos doce, a los cuales llamó Apóstoles, y eran éstos: Simón, a quien llamó Pedro, y Andrés su hermano,Santiago y Juan, Felipe y Bartolomé, Mateo y Tomás, Santiago, hijo de Alfeo y Simón, llamado el Celador;Judas, hermano de Santiago,y Judas Iscariote, que fué el traidor. Y al bajar con ellos, detúvose en un campo, seguido de la numerosa compañía de sus discípulos y de inmenso gentío de toda la Judea, y de Jerusalén, y de la región marítima,y de Tiro y de Sidón, que habían venido a oirle y a ser curados de sus dolencias. Asimismo los poseídos de espíritus inmundos eran también curados. Y todo el mundo procuraba tocarle; porque salía de Él una virtud que sanaba a todos.


OFERTORIO
jOh, Dios! Veo que honras sobremanera a tus amigos, y que su poderío se acrecienta grandemente. 

SECRETA
Suplicámoste, Señor,al celebrar las solemnidades de tu santo Apóstol Bartolomé, que con su auxilio recibamos tus beneficios por aquél en cuyo honor inmolamos estas hostias de alabanza. Por nuestro Señor Jesucristo.


COMUNIÓN
Vosotros,que me habéis seguido, os sentaréis sobre sillas, para juzgar a las doce tribus de Israel,dice el Señor.

 

POSCOMUNIÓN
Haz, Señor,que esta prenda de redención eterna, que acabamos de recibir, nos alcance,por intercesión de tu santo Apóstol Bartolomé, auxilio para la presente vida y la futura.Por nuestro Señor Jesucristo.

viernes, 22 de agosto de 2025

Boletín Dominical 24 de agosto


Día 24 de Agosto, San Bartolomé, Apóstol.

Doble de II Clase. Orn. Rojos
Conmemoración Domingo XI de Pentecostés.

El hijo de Tolomeo, o Bartolomé, es el discípulo que S. Felipe presentó al Señor con el nombre de Natanael, y que fue tan encomiado por Jesús a causa de su inocencia y sencillez de corazón. 

“Felipe halló a Natanael, y dícele: Hemos hallado a Aquél de quien escribió Moisés en la ley, y los profetas: a Jesús, el hijo de José de Nazaret. Y díjole Natanael: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Dícele Felipe: Ven y ve. Jesús vió venir a sí a Natanael, y dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en el cual no hay engaño. Dícele Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús, y díjole: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas bajo la higuera, te vi. Respondió Natanael, y díjole: Rabbi, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel.”

Nacido en Caná de Galilea, fue alistado por Jesús en el número de los doce (Ev.), pudiendo seguir al Señor hasta el día de su Ascensión. Después predicó la fe en la Arabia Feliz, y según algunas tradiciones, habría sido desollado vivo. Sus reliquias se veneran en Roma, en la iglesia de S. Bartolomé, sita en la Isla formada por el Tíber. 

Celebremos gozosos la fiesta de S. Bartolomé, que en el cielo alaba a Dios en el coro glorioso de los Apóstoles (Alel.); y pidamos al Señor nos conceda amar lo que él creyó y enseñó, amarlo y practicarlo.







Domingo XI de Pentecostés
Los Oficios de este día nos dan a entender cómo la oración humilde y confiada lo puede todo ante Dios.

Se le suplica a Jesús cure un pobre sordomudo, y compadecido de él, apártale de la multitud y le da la facultad de oír y hablar. En el Bautismo conserva la Iglesia en su Ritual, las misteriosas acciones de Cristo en la curación de este sordomudo.

Dice San Gregorio que “Si Cristo levantó los ojos y suspiró, no fue porque necesitara de todo eso, Él, que daba lo mismo que pedía, sino para enseñarnos a suspirar y levantar los ojos a Aquel Señor que reina en los Cielos, a fin de que abra nuestros oídos por el Don del Espíritu Santo y que, por la saliva de Su boca, o sea por la ciencia de la Palabra Divina, desate nuestra lengua, capacitándola para predicar la Verdad.” (3º nocturno de Maitines).


Día 30 de Agosto, Santa Rosa de Lima

Nació de virtuosos padres en 1596, en Lima, capital del virreinato del Perú, a los cien años de descubierto y conquistado para la civilización cristiana, por España, el Nuevo Mundo. Fue la rosa más hermosa que brotó en América en ese primer siglo y por esto llamada Rosa de Santa María, aunque su nombre de pila era Isabel. Gracia, hermosura, delicadeza, extraordinaria y su cooperación a la gracia algo tan maravilloso que solo por sus efectos podemos vislumbrar. A los cinco años hizo voto de virginidad y concibió desde entonces un espíritu de oración y penitencia tan dura que causa admiración y espanto, pudiéndose decir que su vida se sostenía y prolongaba de milagro. Dios llevaba como de la mano aquella alma privilegiada y premió su santidad con los más altos dones místicos. Pidió a los padres Dominicos el hábito de la Orden Tercera, y vivió hasta su muerte en su casa, con sus padres, como una anacoreta. Interrogada una vez decía: “Desde que me pongo en oración, siento mi alma tan sumergida en sí misma y mis facultades tan enajenadas, que nada interior ni exterior puede turbar mi atención amorosa a la belleza de Dios presente en mí. Mi corazón hierve bajo la acción de un fuego cuyas operaciones son tan dulces, que nunca podría explicarlo. Tras esto queda en el fondo del alma una presencia de la divinidad, tan amable, serena, graciosa; y la felicidad que siento entonces hace que no pueda hallar consuelo en otra cosa”. Murió el año 1617, a los 21 años, de edad. Es celestial patrona de la América española.



domingo, 17 de agosto de 2025

Sermón Décimo Domingo después de Pentecostés

Sermón

S.E.R. Pío Espina Leupold


Lección

Hermanos: Sabéis que, cuando erais gentiles, ibais, como erais llevados, a los ídolos. Por tanto, os hago saber que nadie, que habla inspirado de Dios, maldice de Jesús. Y nadie puede decir: Señor, Jesús, si no es en el Espíritu Santo. Hay ciertamente diversidad de gracias, pero el Espíritu es uno mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero un solo Señor. Y hay diversidad de operaciones, pero uno mismo es el Dios que obra todo en todos. Y a cada uno se le da la manifestación del Espíritu para utilidad (de los demás). A uno se le da por el Espíritu la palabra de la sabiduría: y a otro, la palabra de la ciencia, según el mismo Espíritu: a otro, la fe en el mismo Espíritu: a otro, la gracia de sanar en un solo Espíritu: a otro, la realización de milagros; a otro, la profecía; a otro, la discreción de espíritus; a otro, el don de lenguas; a otro, la interpretación de palabras. Pero todas estas cosas las obra un solo e idéntico Espíritu, repartiéndolas en cada cual según quiere.  

Corintios. I,  XII, 2-11



Evangelio

En aquel tiempo, dijo Jesús a unos que se creían justos, y despreciaban a los demás, esta parábola: Dos hombres subieron al templo, a orar: uno fariseo, y el otro publicano. El fariseo, de pie, oraba para sí de este modo: Oh Dios, te doy gracias, porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros: ni tampoco como este publicano. Ayuno dos veces a la semana; doy los diezmos de todo lo que poseo. Y el publicano, estando lejos, no quería ni levantar los ojos al cielo: sino que golpeaba su pecho, diciendo: Oh Dios, ten misericordia de mí, que soy un pecador. Yo os digo: Este es el que volvió a su casa justificado, en vez del otro: porque, todo el que se ensalza, será humillado: y, todo el que se humilla, será ensalzado.   
S. Lucas. XVIII, 9-14