viernes, 17 de octubre de 2025

Boletín Dominical 19 de octubre


Día 19 de Octubre, Domingo XIX después de Pentecostés.

Doble - Orn. Verdes. Conm. San Pedro de Alcántara, Confesor.


Semejante es el reino de los Cielos…” Expone Jesucristo en la parábola del Domingo XIX después de Pentecostés el llamamiento general de los hombres a la fe y a entrar en la Iglesia que venía a fundar.

La invitación y llamado se dirigió primeramente a los judíos, pero estos rechazaron la invitación.

Les detenía su espíritu carnal y materialista, su amor a las riquezas, a los deleites y goces del mundo. Y mientras unos se excusan o se niegan a asistir al banquete, al desposorio del Verbo de Dios con la humanidad, otros matan a los enviados o siervos como mataran anteriormente a los profetas.

En vista de la negación de los judíos, son invitados a ocupar su lugar los gentiles, los cuales acuden presurosos; pero no todos se presentan con el vestido nupcial, es decir, con las disposiciones requeridas de voluntad recta, corazón sano, alma buena, por lo que tienen que ser muchos rechazados. “Muchos son los llamados; pocos, en verdad, los elegidos.” ¿Por qué? Porque no quieren oír a Jesús, ni quieren seguirle, porque no se presentan con la vestidura de la gracia: “Porque los que habían sido invitados no fueron dignos.”




Epístola de la Misa del 24 de octubre: San Rafael Arcángel

“Dijo el ángel Rafael a Tobías: bueno es guardar el secreto del rey, pero también es laudable publicar y celebrar las obras de Dios. Buena es la oración con el ayuno; y el dar limosna es mejor que guardar tesoros de oro, porque la limosna libra de la muerte y limpia la multitud de pecados, y hace hallar misericordia y vida eterna. Mas los que comenten pecado e iniquidad son enemigos de su propia alma. Por tanto, voy a manifestaros la verdad y descubrir lo que ha estado oculto. Cuando orabas con lágrimas, y enterrabas los muertos, y te levantabas de la mesa a media comida, y escondiendo de día los cadáveres en tu casa los enterrabas de noche, yo presentaba tu oración al Señor. Y porque eras acepto a Dios, fue necesario que la tentación te probase. Y ahora el Señor me envió para curarte y librar del demonio a Sara, esposa de tu hijo. Porque yo soy el ángel Rafael, uno de los siete que asistimos ante el Señor.” (Tob. XII, 7-15).





domingo, 12 de octubre de 2025

Sermón Patrocinio de Nuestra Señora de Luján

Sermón

R.P. Julián Espina Leupold


Sermón

R. P. Carlos Dos Santos


Lección

El Señor me creó, primicia de su camino, antes que sus obras más antiguas. Desde la eternidad fui fundada, desde el principio, antes que la tierra. Cuando no existían los abismos fui engendrada, cuando no había fuentes cargadas de agua. «Ahora pues, hijos, escuchadme, dichosos los que guardan mis caminos. Escuchad la instrucción y haceos sabios, no la despreciéis. Dichoso el hombre que me escucha velando ante mi puerta cada día, guardando las jambas de mi entrada. Porque el que me halla, ha hallado la vida, ha logrado el favor del Señor.

Proverbios VIII, 22-24, 32-35



Evangelio

En aquel tiempo: Envió a Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» 

Lucas I, 26-29

sábado, 11 de octubre de 2025

Dom Gueranger: Domingo XVIII después de Pentecostés

  



DOMINGO XVIII DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

Año Litúrgico – Dom Prospero Gueranger


Es muy oportuna esta Misa en torno de las Témporas, que son tiempos de perdón, por serlo de oración y penitencia, por los cuales Dios se deja doblegar y vencer por los hombres. De ese perdón y de esa paz se goza en la Santa Iglesia.

El paralítico que lleva su cama es el tema del Evangelio del día y da el nombre a este Domingo. Se ha podido advertir que el lugar de este Domingo viene en el Misal a continuación de las Cuatro Témporas de otoño. No vamos a discutir con los liturgistas de la edad media si hay que considerarle como ocupando el lugar del Domingo vacante que antiguamente seguía siempre a la ordenación de los ministros sagrados, según en otra parte dijimos[1]. Manuscritos antiquísimos, Sacramentarios y Leccionarios, le llaman con este nombre empleando la fórmula harto sabida: Dominica vacat[2].

Es también cosa digna de hacerse notar que la Misa de este día es la única en la que se ha invertido el orden de las lecturas sacadas de San Pablo y que forman las Epístolas desde el sexto Domingo después de Pentecostés: la carta a los Efesios, ya empezada y que se continuará, se interrumpe hoy para dar lugar al pasaje de la primera Epístola a los Corintios, en el que da gracias el Apóstol por la abundancia de los dones gratuitos otorgados a la Iglesia en Jesucristo. Pues bien, los poderes que la imposición de las manos ha conferido a los ministros de la Iglesia, son el don más maravilloso que conocen el cielo y la tierra, y, además, las diversas partes de esta Misa se refieren muy bien, como se verá, a las prerrogativas del nuevo sacerdocio.

La liturgia del presente Domingo ofrece, pues, especial interés si viene a continuación de las Cuatro Témporas de septiembre. Pero no es ordinario, al menos por ahora, que esto suceda, y así no queremos detenernos ya más en estas consideraciones para no meternos demasiado en el campo de la arqueología y sobrepasar los límites fijados.


MISA

Desde Pentecostés el Introito de las Misas dominicales se ha tomado siempre de los salmos. Recorriendo el Salterio desde el salmo doce hasta el ciento dieciocho, la Iglesia, sin cambiar el orden de estos cantos sagrados, pudo escoger en ellos la expresión más conveniente a los sentimientos que deseaba formular en su Liturgia. En adelante las antífonas del Introito se tomarán de los diversos libros del Antiguo Testamento, salvo una vez en que se empleará nuevamente el libro por excelencia de la alabanza divina. Hoy, Jesús, hijo de Sirac, el autor inspirado del Eclesiástico, pide a Dios que justifique la fidelidad de los profetas del Señor[3] mediante el cumplimiento de lo que anunciaron. Los intérpretes de los oráculos divinos son ahora los pastores de las almas, a quienes la Iglesia envía a predicar en su nombre la palabra de salvación y de paz; pidamos, nosotros también, que la palabra no sea vana jamás en su boca.

viernes, 10 de octubre de 2025

Boletín Dominical 12 de octubre



Día 12 de Octubre, Domingo XVIII de Pentecostés.

Doble - Orn. Verdes.

Quiere Jesús hacer comprender a los judíos que no solamente es un profeta o un envido de Dios, sino que es, Él mismo, Dios. Por eso primeramente perdona al paralítico, de que nos habla el Evangelio, sus pecados, cosa que, por ser ofensa de Dios, sólo Él podía perdonar. Y tan bien entendieron los judíos que se hacía Dios que se escandalizaron y dijeron: “Este blasfema”. Y entonces Jesús apela al milagro como demostración y testimonio de su poder para perdonar los pecados.

Demos gracias a Jesús, de quien, por boca de sus sacerdotes, oímos también nosotros la sentencia de nuestro perdón: “Confía hijo; tus pecados te son perdonados”. Y, en efecto, por esa palabra quedamos libres de su peso, y curados además de nuestra parálisis espiritual.

Dice el Evangelista que el paralítico se volvió a su casa glorificando a Dios. Los testigos decían: “Jamás hemos visto maravilla semejante”. Y era verdad, pues tampoco habían visto jamás otro hombre semejante a Jesús.





18 de Octubre, San Lucas Evangelista. 
San Lucas era hijo de padres gentiles y nacido en Antioquia, capital de Siria. De cultura nada común, era versado en letras griegas y la elocuencia, conocía el arte de la pintura, y el mismo Apóstol San Pablo nos dice que era médico. Convertido a la fe por este Apóstol, fue en adelante su amigo y compañero inseparable en todos sus viajes apostólicos. Escribió el tercer Evangelio, que algunos Santos Padres llaman Evangelio de San Pablo, y también el libro de los Hechos de los Apóstoles, en el que nos narra los triunfos maravillosos de la fe. Su Evangelio, escrito alrededor del año 63, en un griego escogido y elegante, sigue un orden lógico y cronológico. Como no estuvo presente a los hechos de la vida de Jesucristo, “ha examinado cuidadosamente las cosas desde su origen” y consultado “a los que desde el principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra”. Él visita a la Virgen Maria para saber de Ella y narrarnos el Misterio de la Anunciación, de la Encarnación, del Nacimiento y tantas otras cosas que solo él nos dice y solo Ella podía saber. Afirma San Jerónimo que San Lucas murió a la edad de 84 años y que fue virgen durante toda su vida.







domingo, 5 de octubre de 2025

Sermón Domingo XVII después de Pentecostés


Sermón
S. E. R. Pío Espina Leupold




Sermón
S. E. R. Julián Espina Leupold


Lección

Hermanos: Os suplico yo, preso en el Señor, que caminéis de un modo digno de la vocación con que habéis sido llamados: con toda humildad, y mansedumbre, con paciencia, soportándoos mutuamente con caridad, conservando solícitos la unidad del espíritu en el vínculo de la paz. Sed todos un solo cuerpo, y un solo espíritu, como habéis sido llamados a una sola esperanza. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, obra por todos y mora en todos nosotros, el cual es bendito en los siglos de los siglos. Amen.

Efesios, IV, 1-6



Evangelio

En aquel tiempo se acercaron a Jesús los fariseos: y le preguntó uno de ellos, doctor de la Ley, tentándole: Maestro, ¿cuál es el mayor mandamiento de la Ley? Díjole Jesús: Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el mayor y el primer mandamiento. Y el segundo, semejante a éste, es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos está contenida toda la Ley y los Profetas. Y, reuniendo a los fariseos, les preguntó Jesús, diciendo: ¿Qué os parece de Cristo? ¿De quién es hijo? Dijéronle: De David. Díjoles: ¿Cómo, pues, David le llama en espíritu Señor, diciendo: "Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos por escabel de tus pies? Si, pues, David le llama Señor: ¿cómo puede ser hijo suyo? Y nadie supo responderle palabra: ni nadie se atrevió desde aquel día a preguntarle más.

 San Mateo, XXII, 34-46



sábado, 4 de octubre de 2025

Dom Gueranger: Domingo XVII después de Pentecostés

 


DOMINGO XVII DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

Año Litúrgico – Dom Prospero Gueranger


La liturgia nos recuerda esta semana el gran mandamiento de la caridad para con Dios y para con nuestro prójimo. "El precepto es doble", declara San Agustín, "pero la caridad es una".


MISA

Las decisiones de Dios son siempre justas, ya confunda en su justicia a los orgullosos, ya en su misericordia ensalce a los humildes. Vimos hace ocho días a este arbitro soberano manos a la obra en la distribución de las plazas reservadas para los santos en el banquete de la unión divina. Al cantar el Introito de este día, recordamos las pretensiones y la suerte diversas de los invitados a las bodas sagradas, y sólo apelamos a la misericordia.


INTROITO

Justo eres, Señor, y recto es tu juicio: haz con tu siervo según tu misericordia. — Salmo: Bienaventurados los puros en. su camino: los que andan en la Ley del Señor. V. Gloria al Padre.


El obstáculo más odioso que el amor divino encuentra sobre la tierra, es la envidia de Satanás, que busca, sirviéndose de una usurpación monstruosa, suplantar en nuestras almas a Dios, que las crió.

Unámonos a la Iglesia al implorar en la Colecta la asistencia sobrenatural que necesitamos para evitar el contacto impuro de la serpiente.


COLECTA

Suplicámoste, Señor, hagas que tu pueblo evite los contagios diabólicos y te siga a ti, solo Dios, con alma pura. Por Nuestro Señor Jesucristo.


EPÍSTOLA

Lección de la Epístola del Ap. San Pablo a los Efesios (Ef. IV, 1-6).


Hermanos: Os suplico yo, preso en el Señor, que caminéis de un modo digno de la vocación con que habéis sido llamados: con toda humildad, y mansedumbre, con paciencia, soportándoos mutuamente con caridad, conservando solícitos la unidad del espíritu en el vínculo de la paz. Sed todos un solo cuerpo, y un solo espíritu, como habéis sido llamados a una sola esperanza. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, obra por todos y mora en todos nosotros, el cual es bendito en los siglos de los siglos. Amen.


La Iglesia prosigue con San Pablo, en la carta a los Efesios, la exposición de las grandezas de sus hijos, a quienes ruega hoy respondan dignamente a su excelsa vocación.


EL LLAMAMIENTO DE DIOS

Esta vocación, esta llamada de Dios, en efecto, ya la conocemos; es el llamamiento del género humano a las bodas sagradas de la unión divina, la vocación a nuestras almas para reinar en los cielos en el trono del Verbo, que ya es su Esposo y su cabeza. El Evangelio de hace ocho días estaba antiguamente mucho más en relación con la Epístola que se acaba de leer, la cual le servía de comentario luminoso; por otra parte, en dicho Evangelio se hallaba perfectamente explicada la Epístola de hoy. "Cuando seas llamado a las bodas, decía el Señor, cum VOCATUS fueris, ocupa el último lugar"; el Apóstol dice: "mostraos con toda humildad dignos de la vocación a que habéis sido llamados: digne ambuletis VOCATIONE qua VOCATI estis".